jueves, 17 de septiembre de 2009

Capítulo 2 [Primer Caída]

La cena fue tranquila, mi abuela había preparado flan de postre.

Luego de cenar, me bañé y me puse el pijama. Decidí quedarme a ver algo en la televisión, hasta que me aburrí y subí a la habitación. No tenía muchos libros allí, pero algo había. Me gustan las obras de teatro. Agarré “Sueño de una Noche de Verano”, no era de mis favoritos, a decir verdad, prefiero “Romeo y Julieta”, pero lo tenía en mi casa. Es una historia muy fantasiosa... ojala la realidad pudiese ser solo una décima de eso... Lástima que siempre todo se arruine por un pequeño mal entendido...

A la mitad del libro, más o menos, lo dejé sobre la mesita de luz e intenté dormir, ya era tarde. Pasaban los minutos y no podía dormir. Pasaban las horas, y seguía sin poder dormir. Había algo que me mantenía alerta, esa sensación de esperar que algo suceda para poder presenciarlo, o protegerse. Ya se me estaba tornando molesto, yo solo deseaba dormir. En ese momento ya no me interesaba ni que los alienígenas abdujeran a la gata, ¡tenia sueño!

Posiblemente, ya estuviese por amanecer, y yo aun no había dormido nada. Entonces, fue cuando escuché un ruido de algo que se caía cerca del escritorio. El lapicero estaba en el piso. Me senté en la cama y encendí el velador. ¡Una especie de rata grande estaba encima de mi escritorio! Ya había visto otras veces ratas en la casa de mi abuela, era una casa muy antigua, pero nunca algo tan grande... además, lo que más me llamó la atención fue su pelaje blanco. Se bajó y camino hacia la cama. ¿Por qué no estaba gritando? Algo en ella me intrigaba y me obnubilaba. Fue hacia la puerta, que estaba entreabierta. Cuando llego al otro lado, se giro y me miro. No tuve mejor idea que seguir a una rata a las cinco de la mañana por la casa de mi abuela. Nunca supe en verdad por qué lo hice. Al pararme, me tambalee y casi caigo de rodillas al suelo, tenia demasiado sueño.

Creo que, en alguna parte de mi, sabia que entraría a la habitación del espejo. Producían esa misma sensación especial, cautivadora.... En el instante en que puse un pie sobre el otro lado del marco de la puerta que daba al ático, el animal salio corriendo y atravesó el espejo. Me quedé helada. Todo me impulsaba a seguirla, pero aun me quedaba consciencia como para creer que todo era un sueño, como para saber que eso era físicamente imposible. Finalmente, la magia del momento se apoderó de mí, y, casi inconscientemente, caminé hasta el espejo e intenté traspasarlo. Para mi sorpresa, o quizás no tanto, ya que, en cierta forma, esperaba que sucediera, lo traspasé. Un líquido extraño y plateado me cubrió por completo, pero nunca llegó a mojarme. Fue un momento de oscuridad absoluta, y, por un segundo, fui presa del pánico, ¡¿en que me había metido?! Pero, al instante, divisé un horizonte. Solo me tomó tres pasos más salir de esa oscuridad y aparecer por completo en un enorme jardín.

El donde estuviese no me importó tanto, ya que comencé a buscar con la mirada a esa extraña rata. Oí una voz que me llamaba “Alice, veo que supiste interpretar el pedido de Reich.” ¿De quién era esa voz? Era hermosa. ¿De que pedido me hablaba? No comprendía a que se refería, y aun no encontraba al animal. Me giré y di dos pasos hacia mi derecha, fue entonces cuando vi una silueta alta y delgada, vestida con extraños ropajes coloridos. Fue lo único que pude notar, ya que al instante caí dormida allí mismo; no resistía más.

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