miércoles, 24 de marzo de 2010

Capítulo 13 [No puedo ser reina]

Aquél té estaba extrañamente delicioso, no comprendo como logró saber que era mi favorito... También agarré una galletita, aunque no tenía hambre, al fin y al cabo acababa de desayunar, pero no debía ser descortés. Con una bastaría.

-Veo que te ha gustado ¿verdad? Sabía que así sería. No seas tímida linda, bebe mas té. -Esa seguridad que tenía al hablar era desconcertante, si, pero hasta podría llegar a volverse desesperante, ¿¡Cómo conoce cosas tan personales como si me agradó o no lo que acabo de beber!?

-La verdad que si, está magnífico el te... También las galletas, claro... Es solo que acabo de desayunar, eso es todo. Por lo general, acostumbro a tomar te por la tarde.

-Oh, pues, si, si, pero de todas formas cualquier momento es bueno para tomar té, ¿No crees?

-Ehm, si, supongo que si...- Bueno, en realidad no estoy tan segura de eso, pero no quería discutir sobre algo tan irrelevante como cuando es conveniente o no tomar té. Comenzaría mi interrogatorio, a eso era a lo que había ido.

-Disculpa, Hatter...-Me interrumpió antes que terminase la frase.

-Dime querida, ¿Sucede algo?

-Quisiera saber un poco mas de todo esto, es que es tan... confuso...

-Por supuesto, no hay problema, ¿qué deseas saber? ¿Algo sobre los demás habitantes de Wonderland? ¿Algo sobre la reina? ¿O la otra reina? ¿Sobre la flora, la fauna, el clima...? ¿Algo sobre mi quizás?... -Continuó hablando pero ya no le oía, una cosa había llamado mi atención: ¿Cómo es eso de que tienen dos reinas?

-No, no... Quisiera saber sobre... bueno, algo sobre mi.

-Eso será difícil querida, si tu no sabes sobre ti misma no puedes pretender que los demás lo hagan. ¿Qué esperas que sepa yo?

-Bueno, me refería a que me gustaría saber, para comenzar, por qué estoy aquí... ¿Para qué me... llamaron? ¿Qué es este lugar? ¿Y, por qué sabes tanto sobre mi?

-Tranquila, tranquila cariño, eres una chica muy curiosa. Comencemos por el principio: -¿Y terminemos por el final? -la razón por la cual quería que vinieses. Bueno, además de que tenía deseos de verte, claro. -Increíble...- Verás, como te comenté, las cosas no están muy calmadas por aquí. La reina roja quiere expandir su reinado y avanzar sobre territorio libre, como es éste. Lógicamente, todos los habitantes estamos en contra de esto, pero somos gente pacífica, no tenemos soldados ni armas ni nada en nuestras tierras.

Hizo una pausa para tomar un poco de su te, en la cual yo aproveché para preguntar:

-Comprendo, es terrible. Pero entonces, ¿Cómo hacen para defenderse?

-Afortunadamente, la Reina Blanca se enteró a tiempo de los planes de su hermana, para conquistar todo este territorio, y decidió ponerse de nuestro lado. Ha enviado cientos de soldados, pero de todas formas, el daño que la Reina Roja está causando es mucho...

-Claro, claro, pero...¿qué tiene que ver todo esto con la razón por la cual estoy aquí?

-A eso iba querida, no te apresures, verás, nuestra teoría es que si lograses llegar a su castillo, adquirirías el mismo poder que ella, serías como otra reina más, por lo que podrías detenerla sólo con la palabra.

-¿Estás diciendo que sería algo así como una especie de reina?

-¿Que no me has oído bien? Si, eso mismo estoy diciendo.

No, no, no de ninguna forma, yo no iba a ser reina de nada, y mucho menos de una tierra de dudosa existencia, que desconozco, y habitada por quien sabe qué criaturas. Ya tienen otra reina, que hable ella, ¿por qué yo? Además, ¿¡cómo se les ocurre pedirme que detenga a una reina!? ¡Yo, una simple chica! ¿¡Que no hay duques y caballeros y príncipes y todas esas cosas!? ¡Lo poco que entiendo del sistema monárquico lo aprendí en historia y justamente en esa clase me dormí! ¡Soy incapaz!... Alice, cálmate y habla con educación. No debo caer en pánico, no, no.

Respiré profundamente e intentando con todas mis fuerzas no estallar le dije:

-Pero si tienen otra reina, ¿Por qué no habla ella con la Reina Roja para que detenga la invasión? -Pero no lo logré por completo, al final de la frase mi tono se elevó denotando mi histeria.

-¡Hey, cálmate Alice! No hay necesidad de que te alteres así... -Hizo una expresión sarcástica de miedo, já.- La razón por la cual la Reina Blanca no la detiene es muy simple: ¿Quién le haría caso a su hermana pequeña?... Bah, en realidad, ya tienen una rivalidad hace años, no oiría una sola palabra de lo que dijese.

Sinceramente creo que a la Reina Blanca le divierte esto. Dudo que nos defienda por bondad o que tenga algún interés en nosotros, lo hace para tener una razón por la cual pelear contra su hermana, apostaría un juego completo de te a que es así, pero bueno, al menos está de nuestro lado, y eso hay que agradecerlo... -Concluyó con cierta pesadez.